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Conmemoración de la muerte de Manuel Belgrano

La profesora del colegio Dra. Paola Figueroa elaboró una serie de reflexiones para recordar esta valiosa fecha patria.

20 de junio de 2016, 11:04.

imagen Conmemoración de la muerte de Manuel Belgrano

La profesora del colegio Dra. Paola Figueroa elaboró una serie de reflexiones para recordar esta valiosa fecha patria y desde el colegio las compartimos con toda la comunidad educativa de la UNCUYO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La mayoría de ustedes sabe, por sus trayectorias escolares principalmente, que el próximo 20 de junio se conmemora un nuevo aniversario de la muerte de Manuel Belgrano, el creador de la Bandera Nacional.

Como muchos de los recordatorios o efemérides que se suceden a lo largo del año, éste tiene una profunda vinculación con la Historia. Esa historia que nos gusta construir desde el acontecimiento, ciertamente, pero sólo para indicar el camino de reflexiones e interpretaciones de mayor alcance en el tiempo.

La creación de la bandera, como otras insignias tales como el Himno, el Escudo o la misma escarapela, tienen sentido en un contexto bélico específico, las guerras de independencia, y responde a una necesidad muy concreta que era distinguir las tropas partidarias de la Revolución de Mayo frente a los ejércitos españoles que luchaban para sostener la autoridad del rey español. A orillas del río Paraná, en Santa Fe, se izó por primera vez, un febrero de 1812.

Ahora bien, las consecuencias profundas y estructurales que tiene la creación y sostenimiento de estas insignias, en particular la bandera, estuvieron y están vinculadas con la construcción, siempre compleja, de la identidad nacional.

En aquellos tempranos años de autonomía, las ideas de libertad e independencia, tenían una clara definición en reducidos grupos de hombres y mujeres. Por diversas razones, algunas ideológicas, otras políticas y siempre económicas, este grupo sostenía la necesidad de independizarnos de España y establecer rápidamente vinculaciones con el resto de las potencias europeas como Gran Bretaña, Francia, entre otras.

Fueron ellos los que construyeron un proyecto político que demandaba replantear de forma novedosa, no sólo las relaciones económicas, sociales o políticas, sino hasta las religiosas e internacionales. Y para hacerlo había que “identificarse” y lograr ser “identificado” como el distinto, respecto de aquel “otro”, ahora el enemigo, que se sabía español, hispano, godo, opresor.

Una dialéctica compleja, y complicada, la del opresor y el oprimido, pero que en el proceso del que sumariamente estamos dando cuenta, surtió sus efectos, y la Bandera era el instrumento y la visibilización material de estos nuevos sujetos históricos, consustanciados con un proyecto social que los trascendía y les permitió hundirse en el diseño de una nación nueva.

¿Qué dice la bandera de “nosotros”? ¿qué decimos a los “otros”? Esa Bandera que está en nuestra escuela, en los edificios públicos, en los eventos deportivos, da cuenta de nuestra historia, nuestras fortalezas y debilidades, nuestras pasiones. Esa Bandera dice que este país es étnicamente mestizo cuando su sangre tiene ADN aborigen, europeo y africano. Dice que hubo morenistas y saavedristas, unitarios y federales, peronistas y radicales, River y Boca, todos igualmente apasionados. Dice que las dictaduras asesinaron, y de hecho no tuvieron ningún derecho. Dice que la democracia es el camino, a veces sinuoso y casi siempre insuficiente, de libertad, bienestar y enorme responsabilidad cotidiana.

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