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Se jubiló Cristina Ramos, la bibliotecaria del Colegio Universitario Central

Trabajó en la institución desde 1984. Sus compañeros dicen que es una de las personas que entendió de qué manera se logra formar parte de la comunidad del CUC.

imagen Se jubiló Cristina Ramos, la bibliotecaria del Colegio Universitario Central

El 25 de abril de 1984 Cristina Ramos comenzó a transitar por el Colegio Universitario Central, en la biblioteca Fernando Ireneo Cruz, lugar en el que permanecería hasta 2019, cuando obtuvo su jubilación.

En ese paréntesis laboral cosechó alegrías, amigos y compañeros de trabajo. Fue, además, una profesional que estuvo al servicio de los estudiantes que consultaron materiales para sus clases y siempre respondió con una sonrisa. "Cristina ha sido una de las tantas personas que entendió de qué manera se es parte de nuestro querido colegio. Fueron muchos años de laburo juntos, siempre teniendo como fin último las alumnas y alumnos. Ha sido un placer trabajar con ella y siempre la voy a recordar con muchísimo cariño", dijo el jefe de preceptores Carlos Paez.

La preceptora Cecilia Farrugia, por su parte, señaló que Cristina es una gran compañera y amiga. "Los momentos vividos en estos años son inolvidables y me quedan grabados en el corazón. Gracias por todo lo vivido y compartido", exclamó.

Susana Corvalán, subjefa de preceptores, prefirió una frase para comenzar su dedicatoria a Cristina. "Solo vive de veras quien jamás se detiene", dijo y continuó: "Esta es una frase extraída por el reconocido y querido vicedirector Armando Gei, que la relaciono con vos. Una persona luchadora, emprendedora y valiente que jamás se detiene", remarcó.

Susana dedicó sus mejores deseos a su compañera de trabajo, que siempre dio todo lo que pudo para cumplir  y hacer de la biblioteca del CUC un verdadero lugar de trabajo, orden y lectura y sobre todo buena onda. 

Sebastián Dominguez, representando al personal de apoyo académico, le agradeció a Cristina por tantos años compartidos en el colegio, las charlas, los consejos y las carcajadas además de los mates robados. "Espero y deseo desde lo más profundo de mi corazón que en esta nueva etapa la disfrutes tanto o más como en los años que estuviste trabajando. Como dice un gran amigo, estos son los años del jubileo", deseó Sebastián. Por último, dijo que espera que todo lo que emprenda sea lleno de disfrute y regocijo. 

Sus compañeros de cada jornada

El bibliotecario Guido Benavides, en tanto, se preguntó qué puede decir respecto de su compañera con quien compartió años de alegrías y algunos que no lo fueron tanto. "Se me vienen tantas cosas a la cabeza que es difícil de enumerar, pero de algo estoy seguro y es que siempre estará presente nuestra querida compañera Cristina, en cada libro, en cada rincón de la biblioteca, en el inventario donde se asientan los libros, en las fichas de los alumnos, en las fichitas de los libros de préstamos, en los estantes, en sus banderitas para que nosotros tengamos de guía como encontrar los libros, y…  en tantos otros lugares de esta biblioteca".

También recordó que junto a Cristina aprendió mucho: a tener confianza, a perder miedos, a sentirse valorado y también a pelear por lo importante. "No siempre en la vida uno se encuentra con personas que lo sepan valorar. Por suerte me tocó conocer a la persona encargada de esta biblioteca, digamos Jefa, pero más que jefa fue compañera, que gracias a sus ganas de trabajar siempre, se puso codo a codo conmigo para armar lo que es hoy esta biblioteca", recordó.

Por último remarcó que Cristina es una gran mujer, inteligente, trabajadora, gran compañera y amiga por siempre. 

La preceptora y compañera de Cristina, Noemí Ferro, aseguró que la década compartida con Cristina fue una década ganada. Porque tuvo la oportunidad de conocer a una bellísima persona, con una sonrisa permanente. "Es capaz de brindarse de manera sincera, siempre dispuesta a ayudar a cualquier persona que lo necesite o simplemente a escucharla. Tiene un espíritu emprendedor constante", remarcó. 

Continuando, dijo que con la tarea cumplida deja una biblioteca que es una hija para "cuidar y mantener". "Nos dejó sus enseñanzas y llevaremos la tarea con amor y la responsabilidad que el lugar merece. ¡Ha llegado la hora de que disfrute su maestría en reiki, cromoterapia y viajes. Feliz y merecido descanso amiga Cristina!", finalizó. 

 

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