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Día de la memoria, verdad y justicia

Palabras alusivas al día nacional de la memoria por la verdad y la justicia.Algunas personas pueden pensar que es un acto más… sin importancia o un acto que marca tendencias políticas, pero su nombre mismo nos ayuda a reflexionar:“Día nacional de la memoria por la justicia y la verdad”Justicia y verdad son valores que marcan y que guían nuestra vida. Sin lugar a duda todos, de alguna manera, buscamos la verdad; quién no lucha por la justicia y ni que decir de la palabra memoria, sumamente significativa para nuestra identidad y necesaria para formar nuestra personalidad.La memoria es un derecho inalienable de los hombres y una responsabilidad de la sociedad; la educación es la herramienta de la memoria, el vehículo para que se produzca la necesaria transmisión de una generación a otra.Este acto nos permite ejercitar la memoria. Nos ayuda  a recordar que hace más de 30 años Argentina, nuestra Argentina, estaba inserta en un mundo violento que se desvivía o, como dice el poeta, se desmoría en la guerra fría, enfrentamiento entre dos ideologías, lideradas por Estados Unidos y la Unión Soviética.Debemos aclarar que bajo el lineamiento de Estados Unidos para América Latina se ponía en funcionamiento la doctrina de Seguridad Nacional.El  24 de marzo de 1976 asumía la Junta de comandantes de las fuerzas armadas, integrada por Videla, Massera y Agosti. Tenían el propósito de “ACABAR CON LA SUBVERSIÓN” y con eso se referían no sólo a la guerrilla sino además a cualquier forma de movilización popular, de protesta o tan siquiera de crítica.El método elegido fue el terror. El terrorismo de Estado: un sistema de secuestros, torturas y asesinatos. Organizaron grupos de tarea y fueron responsables de todas estas atrocidades. Esta política constituye lo que se denomina un genocidio, que costó: 30.000 hombres y mujeres detenidos y, que fueron encerrados en 365 centros clandestinos de detención, distribuidos en 11 provincias.Entre los secuestrados se encuentran:800 adolescentes entre 11 y 19 años.Mujeres embarazadas.Unos 500 niños secuestrados o nacidos en cautiverio.Estas personas pasaron a integrar una categoría tétrica: LOS DESAPARECIDOS. Arrebatados por la fuerza, dejaron de tener presencia civil.¿Quiénes  los habían secuestrado? ¿Dónde estaban? No se tenía respuesta precisa a estos interrogantes: las autoridades no habían oído hablar de ellos, las cárceles no los tenían en sus celdas, la justicia los desconocía y los habeas corpus sólo tenían por contestación el silencio... En torno a ellos crecía el ominoso silencio. Nunca, ningún secuestrador arrestado, jamás un lugar de detención clandestino individualizado, nunca noticias de una sanción a los culpables de los delitos. Así transcurrían días, semanas, meses, años de incertidumbres y dolor de padres, madres e hijos…(Fragmento del Prólogo del Informe de la comisión Nacional sobre la desaparición de personas. Publicado por EUDEBA con el título de NUNCA MÁS)La dictadura no sólo destruyó vidas y bienes materiales sino que instaló hábitos y conductas autoritarias que trascendieron límites temporales de su vigencia... que hoy, gracias a la memoria, podemos cambiar.Porque la memoria ayuda a construir una cultura democrática, con valores de libertad y justicia, evitando que se repitan los errores y atrocidades del pasado y contribuye a la construcción de un modelo social y económico de inclusión: quizás como el que querían esos jóvenes torturados y desaparecidos.Todo lo mencionado está en la memoria necesaria para la vida y para la historia. Sin duda, el recordar esto nos permite pensar y mejorar el presente y con nuestros jóvenes proyectar y soñar el futuro.Prof. Viviana CruzColegio Universitario Central

25 de marzo de 2015, 09:36.