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Estudiantes en el aula, brigadistas en catástrofes

El Colegio Universitario Central es pionero en la provincia con su plan de contingencia para emergencias. Hablan sus protagonistas. Tomarse la seguridad con la máxima responsabilidad que esté al alcance de la mano. Ésa parece ser la premisa para el Colegio Universitario Central (CUC), que desde hace más de siete años trabaja en pos del bienestar de todas las personas que diariamente asisten a sus aulas.En 2004 comenzaron a preparar el plan de contingencias, que consiste en capacitar a todo el personal docente, no docente y alumnos para enfrentar situaciones de emergencia. Es decir que, ante un incendio, terremoto o inundación, por ejemplo, la gente del CUC está en condiciones de actuar rápidamente.

02 de junio de 2011, 12:10.

imagen Estudiantes en el aula, brigadistas en catástrofes
“Comenzamos trabajando con Lilian Montes, la directora de la institución, quien desde su proyecto de dirección encabezó esta forma de movernos de manera planificada”, indicó Adriana Corvalán, coordinadora del comité de seguridad.

Para 2008 se presentó el primer plan en forma escrita y así el colegio se transformó en pionero en la provincia en trabajar bajo esta modalidad. “Sabemos que somos precursores en este tema. De hecho, nos convocan desde otras instituciones (como el Departamento de Aplicación Docente, el Martín Zapata o una escuela del barrio La Gloria) para que les contemos nuestra experiencia”, agregó la coordinadora.

Para el plan se utilizó como modelo el proyecto de emergencias elaborado por Defensa Civil para toda la provincia. “En base a esa propuesta macro la adaptamos a nuestro colegio. Porque cada lugar tiene características particulares. No es lo mismo un plan para enfrentar al Zonda en pleno centro que en el pedemonte”, ejemplificó Corvalán, quien admitió que tanto la Policía como Defensa Civil se admiraron del modo de trabajo del CUC.

El equipo que actuará en caso de emergencia lo conforma personal estable de la institución dividido por sector, piso y turno, y también por alumnos agrupados por curso. Todos están divididos en tres funciones básicas: brigadistas, que cumplen tareas como comunicación, servicio de rescate, de primeros auxilios, de orden y seguridad; conductores de las operaciones de emergencia; y quienes están encargados de difundir la voz de alarma a la policía y bomberos, entre otros.

“Me metí en la brigada porque me interesaba la idea de poder salvar a alguien. Una vez a una persona le dio un paro cardíaco en la puerta del colegio. Ver cómo trabajaban los brigadistas me motivó a sumarme. Me parece muy bueno que se realicen este tipo de tareas por divisiones, así hay más chicos y es más fácil el control”, indicó Bruno Cantoro, alumno de 3ero Polimodal y brigadista encargado del orden y la seguridad.

El plan de contingencia

Antes de hacer la presentación formal del plan, fue necesario realizar un trabajo de recopilación de datos, lo cual incluyó información técnica del lugar , estudio de riesgos e inventario de elementos de rescate y primeros auxilios, como extintores, hachas, agua potable y elementos para inmovilizar.

En el estudio de riesgos, realizado por profesionales capacitados, se analizaron los eventos naturales posibles que podrían desencadenar problemas. Para ello se hizo una descripción de la situación de Mendoza respecto de los sismos, el viento Zonda o las inundaciones.

En esta etapa se consideró además la vulnerabilidad estructural (el aspecto edilicio), la no estructural (riesgos de incendio, análisis de puertas de escape, verificación de las instalaciones eléctricas y de gas y tamaño de la cartelería de señalización según la norma Iram). Por último la vulnerabilidad funcional, que tiene que ver con los aspectos externos al edificio.

Con esos datos, se procedió a armar el plan para emergencias. “Es un proyecto transversal cuyo objetivo último es la formación de los alumnos y los adultos en dos líneas: la cultura sísmica y la prevención como actitud y conducta sustentadas en valores, en relación con la persona humana, nuestro ambiente y con eventuales riesgos”, indica el informe elaborado para la correcta actuación en caso de una contingencia.

Los alumnos, comprometidos

En cada curso del CUC hay ocho alumnos encargados de cumplir con las distintas funciones de los brigadistas. Es decir, que en total unos 100 chicos están capacitados para colaborar ante una emergencia.

Nada más gráfico que un caso concreto para evaluar el funcionamiento del plan. “Lo mejor que nos pudo pasar para ponerlo en práctica es que en una bienvenida a los chicos de 1ero Polimodal hubo un sismo. La verdad es que nos quedamos muy sorprendidos por cómo reaccionaron los chicos de 3ero. Lo hicieron fantásticamente”, describió Corvalán.

La coordinadora admitió que en el colegio ha cambiado la cultura del cuidado. Porque, según ella, no se trata de prohibir sino de hacer tomar conciencia. Por eso afirmó sin titubeos: “No sirve de nada si esto no lo trasladás a tu casa”.

Cuando los chicos ingresan al colegio, a 1ero Polimodal, practican situaciones de incendio con los bomberos de Godoy Cruz, lo cual sirve para trasladar lo que han aprendido a un caso práctico.

La seguridad, materia diaria

Esta tarea, según explican desde el colegio, implica estar capacitado permanentemente. Por ello es que cada año se van agregando nuevas actualizaciones al plan de contingencia.

Actualmente el CUC ya cuenta con procedimientos de contingencia en caso de sismos y de viento Zonda. El próximo paso es elaborar uno para actuar en caso de inundación.
Además, como el colegio volverá a tener secundaria, inevitablemente los coordinadores deberán elaborar un nuevo plan de contingencias. 

“Buscamos que la seguridad esté incorporada a los espacios curriculares. Si bien nos costó que entrara, hoy está en todos los años y todos los chicos reciben la información, más allá de los que participan en la parte operativa”, finalizó Corvalán.

Por: Federico Fayad - ffayad@losandes.com.ar
Fuente: Diario Los Andes

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