Veinte jóvenes de todo el país, ganadores del Concurso Nacional de Monografías 2025, visitaron el Instituto Balseiro en el marco de la Semana de la Ciencia y la Tecnología, una actividad organizada en conmemoración de los 70 años de la institución. Además, participaron estudiantes mendocinos de los seis colegios secundarios de la UNCUYO becados especialmente.

Entre estos últimos destaca Javier Robledo, de quinto año del Colegio Universitario Central, quien fue acompañado por Gustavo Ciancio, vicedirector a cargo de la dirección del CUC, quien además representó a sus pares de los otros colegios universitarios. 

Durante una semana, los y las estudiantes participaron de un programa intensivo que incluyó charlas con docentes e investigadores, visitas guiadas a laboratorios y talleres experimentales en distintas áreas de la física y la ingeniería. También recorrieron el reactor nuclear RA-6 y compartieron actividades con becarios y graduados del Instituto, en un espacio de intercambio y divulgación científica.

Esta iniciativa busca acercar la ciencia y la tecnología a jóvenes de escuelas secundarias de todo el país, promoviendo vocaciones científicas y fortaleciendo el vínculo entre la educación media y la formación universitaria.

La experiencia de Javier Robledo

Javier Robledo, estudiante del Colegio Universitario Central, fue uno de los seleccionados para participar de la propuesta. Contó que su vínculo con el Instituto comenzó a partir de una charla a la que asistió por interés personal, sin imaginar que luego sería becado para vivir una experiencia tan significativa.

“Hace poco fui a una charla del Instituto Balseiro, donde no te prometían nada, simplemente por interés. Y de un día para el otro me avisaron que, por sus 70 años, sortearon viajes para ir becados, y fui uno de los afortunados”, relató.

El encuentro reunió a unos 20 jóvenes de distintas provincias, que compartieron una semana de actividades académicas y de convivencia.

“Todo estuvo muy bien organizado, con itinerarios, visitas a laboratorios y expertos que sabían muchísimo. Lo más valioso fue el uno a uno con los profesores y ver de cerca cómo trabajan. También fue muy lindo viajar con los chicos, hacer amigos y conocer gente de muchos lugares”, destacó Javier.

Para el estudiante, amante de las ciencias, la experiencia fue “inolvidable”. “Ojalá muchos como yo tengan la suerte de vivir algo así. Ver el reactor nuclear, los laboratorios y escuchar a quienes trabajan allí fue algo impresionante”, concluyó.