Lola Giménez Llorens es mendocina y lucha por un mejor futuro para las infancias y adolescencias. Preocupada por el medio ambiente, con tan solo catorce años, llegó a ser consejera de la Agrupación Jóvenes por el Clima, dedicada a temáticas de cuidado y concientización ambiental. Actualmente, desde su lugar en el Consejo Consultivo de Adolescentes, busca escuchar a todas las juventudes de Argentina.
La joven, que es estudiante de segundo año de Ciencias Sociales y Humanidades A, del Colegio Universitario Central, llegó a ser consejera de la mano de Jóvenes por el Clima, una agrupación integrada por adolescentes que impulsan la toma de conciencia en defensa del planeta y la importancia de cuidar los recursos naturales.
Actualmente es parte del Consejo Consultivo de Adolescentes, un espacio de participación, consulta y diálogo intergeneracional creado por la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, perteneciente al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. El objetivo de este espacio es que chicas y chicos hagan oír su voz, opinen e incidan en las políticas públicas y los temas que les involucran.
La adolescente comentó que se postuló "con muchas expectativas" en 2020, cuando se anunció el proyecto, "porque desde hace varios años tenía la necesidad de trabajar por los derechos de los niños y la adolescencia". Además, destaca que ahora puede comunicarse con "pibes de todos los rincones de Argentina, con distinto tipo de participación y debate", en un espacio que los "ayuda a conocer distintas realidades".
Desde que se formó el Consejo Federal, Lola destacó que la experiencia superó las expectativas. "No hay muchas organizaciones que le den lugar a los más chicos, pero, para construir un futuro, es necesario que se tenga en cuenta y se construya un presente", señaló la joven mendocina que desempeña el rol desde la zona Cuyo de manera voluntaria.
En medio de la virtualidad a la que obligó la pandemia, la militante reconoció que esta nueva situación "ayudó a conectar con distintas realidades en un país enorme, con panoramas muy distintos". "Al hablar tanto, se hacen nuevas amistades y la confección virtual ayuda a coincidir con gente que, de otro modo, jamás te hubieras cruzado. Aprendí un montón y lo bueno es que nosotros, los consejeros, difundimos la información proporcionada en los espacios de los que formamos parte y adonde podemos llegar", comentó.
Por ejemplo, en las últimas reuniones virtuales (se realizan cada dos semanas), se evaluaron distintos proyectos, como el acompañamiento de embarazos adolescentes para quienes deseen seguir o no; o la línea 102, telefónica, gratuita y confidencial, exclusiva para niños y adolescentes", detalló.