Las tradiciones en el Colegio Universitario Central ocupan un lugar preponderante en la cultura institucional. Una de las actividades más emblemáticas es el Bautismo, que año a año realizan los y las ingresantes. Pero no es una actividad solo para estudiantes ya que desde este año también pudieron participar docentes y no docentes, convirtiéndose en Huarpes y Pehuenches, las Tribus del CUC.
Además, tras dos largos años de pandemia por Covid-19 y aislamiento, también fue una oportunidad para despedir a las personas que accedieron al beneficio de la jubilación, pero que continuarán con su vínculo con el Colegio desde otro lugar.
Fue un momento de encuentro, ritual, para conocer a colegas que muchas veces por el trajín diario no llegan a establecer un vínculo en los pasillos del CUC. Fue una oportunidad de seguir cultivando la identidad de nuestra institución.
"¡Hermoso momento! Es un orgullo ser del CUC y Pehuenche como mi hijo", dijo la profesora Sandra Marset en referencia a su hijo Wenceslao.
En tanto, la profesora Eliana López Cavallotti agradeció el momento vivido. "¡Gracias por tanto! Qué gusto trabajar con personas tan hermosas en este gran colegio", expresó la docente.
También fueron protagonistas los jubilados. Entre ellos se presentaron Gustavo Blanc, profesor de Geografía y Cacique del CUC en 1978, y Susana Corvalán, egresada del CUC, preceptora y sub jefa de preceptores hasta su jubilación. Ambos realizaron aportes a la ceremonia de Bautismo. El primero, participando en la obra que se representó sobre el escenario de salón de actos y la segunda, ofició de "autoridad ceremonial" bautizando a los nuevos docentes.
"Fue un hermoso momento y una linda iniciativa la de bautizar a docentes que ingresan a formar parte de esta Tribus que no solo es una tradición, sino también una manera de educar con competencias y aportar a la sociedad con actividades sociales. Es la posibilidad de tener un mágico sentido de pertenencia y amor por lo que hacemos día a día", comentó por su parte Susana.
En resumen, fue una experiencia nueva para quienes ingresaron al CUC, para quienes no se habían bautizado y para quienes hace un tiempo son parte del Colegio. Como se dijo en el encuentro fue una nueva forma de llevar a la práctica lo que reza el graffiti del CUC, fue un Acto de amor.