La mendocina Andrea Nallim fue la única latinoamericana postulada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) como emprendedora del año y fue la elegida en Kenia por el organismo internacional.
Andrea, de 42 años y licenciada en Administración de empresas, compitió junto a otras 73 emprendedoras del mundo en el certamen organizado por la entidad que depende de la Asamblea General de la ONU.
El logro de Nallim es ser la gerente administrativa y de capacitación de Reciclarg Recycling Technology, un emprendimiento mendocino que nació en 2010 y se dedica a la recolección y tratamiento de RAEE (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos).
"Creo que los premios están buenos. Son una palmada al trabajo que una hace diariamente. Es importante que te reconozcan por el trabajo que hacés", comentó Nallim, casada y madre de tres hijos.
Andrea, quien está al frente de esta empresa con su hermano Farid (también egresado del colegio), detalló que trabajan sobre todo con empresas y organizaciones y con lo que se denomina "línea gris", es decir CPU, monitores, impresoras, celulares y fotocopiadoras.
Lo que hacen es retirar los elementos a domicilio y llevarlos la planta de Reciclarg, donde son desmantelados para separar los elementos reciclables -metal, vidrio, plástico- de otros, como los circuitos.
Los primeros son vendidos a empresas que los reutilizan y los segundos, almacenados hasta reunir un determinado volumen para enviarlos a Buenos Aires, desde donde se exportan.
Andrea llegó junto a otras cuatro mujeres a la final, provenientes de Gambia, Uganda, Vietnam, Islas Mauricio. La representante de Uganda llegó a la final por su trabajo con el reciclado de zapallo, una materia prima muy consumida en su país.
En tanto, la mujer de Islas Mauricio lo hizo por trabajos textiles, la de Gambia por la elaboración de productos de Belleza y la de Vietnam por el trabajo con el maíz para la elaboración de insumos.
Su paso por el colegio
Andrea destacó que su paso por el colegio, de 1987 a 1992, le dejó muy buenas bases para lo que después sería su carrera profesional.
Sobre todo, y más allá de los recuerdos de momentos felices, la premiada por la ONU afirmó que los aportes sociales y educativos, a los que se suman las acciones de Tribus, fueron fundamentales.
"Por ejemplo, historia del arte fue muy útil para mis viajes, aprendí mucho sobre lugares a los que después pude viajar", contó.