Existe un viejo refrán futbolero que dice que cuando los fundamentos futbolísticos no andan, no funcionan, se apela al amor propio. A la garra. Al corazón. Al coraje. Hierve sangre. Y eso le pasó al Colegio Universitario Central, equipo que terminó en lo más alto de la etapa clasificatoria: 14 partidos jugados, 14 triunfos. Récord histórico.
Obviamente, el cartel de candidato se lo colgaron todos. No había otra opción. Era el equipo invencible y que se ganó la admiración de propios y extraños. Arrancaban los cruces de cuartos de final y el CUC se medía contra Villa Hipódromo, el último clasificado. El que se ganó el boleto a la serie play offs en la última fecha. Rezando. Pero, a la hora del silbato inicial, los número previos y los pergaminos quedaroon de lado.
En el primer juego, la Villa le dio una lección de humildad y juego colectivo a un CUC desconocido. Fue triunfo 4-1 para el equipo de calle Paso de Los Andes. Chau invicto. Y eliminación en puerta. Fue un golpe duro de digerir. No era el momento adecuado para perder. Ni el más pesimista simpatizante del CUC se imaginó algo semejante.
Pero, en fútbol siempre hay revancha. Y el equipo de Diego Fabricio Burgos se preparó física, mental y psicológicamente para revertir la serie. Y lo logró con creces. Porque desde lo actitudinal, todos los jugadores demostraron que tienen hambre de gloria. La pasión por la camiseta del Colegio excede todo tipo de límites. Estuvo contra las cuerdas el Universitario, pero reaccionó a tiempo y desde el punto del penal y con Franco Quiroga enorme, logró dar vuelta la llave y ahora con el pasaje a semifinales en el bolsillo.
Obligados a ganar
El partido arrancó como todos lo imaginaban. Villa Hipódromo le dio el control del balón al CUC y el equipo local fue quien impuso su ritmo defensivo. Desde una jugada preparada , tras un tiro libre perfecto, llegó el primer grito de la noche. El capitán del CUC, Mauricio Nahim clavó un zapatazo al lado del travesaño. Inatajable. Fue el mejor momento del CUC. Dominaba en todos los sectores de la cancha. Es más, pudo marcar en varias oportunidades. Pero, perdió el equilibrio defensivo y en un contragolpe fulminante la Villa puso el 1-1.
En el complemento la historia fue similar. El CUC estaba obligado a ganar el encuentro y tomó la iniciativa ofensiva. Sin embargo, un descuido, tras un lateral visitante, Villa Hipódromo se puso 2-1. El CUC estaba contra las cuerdas. Era matar o morir. Y así fue nomás. Burgos comenzó a mover el banco de relevos y Gino Civelli, a pesar de estar lesionado, entró al campo de juego. El "enano" recuperó un balón en la mitad de la cancha, eludió a un rival, tocó para Cerda, quien de primera habilitó a Nahim, el zurdo, la piso, enganchó, y metió un puntinazo al medio del arco. Golazo. Y había una vida más. El DT del CUC, rápido de reflejos, siguió moviendo el banco de suplentes y mandó a la cancha a Nacho Sampedro (uno de los jugadores más experimentados) y a Lautaro Maure. Ambos fueron los protagonistas del gol del triunfo. Saque pefecto de Quiroga, suela de Maure, aguantó el balón, juntó marcas, y tiró un centro preciso al medio del área para que Sampedro sellara su nombre en la red. Golazo y triunfo del CUC sobre el final por 3-2.
En el tiempo suplementario, el arquero de Villa Hipodromo fue la gran figura, en dos oportunidades, le quitó de la garganta el gol al juvenil Tomás Rojo. Fue todo del CUC pero no hubo caso y los dos tiempos de cinco minutos terminaron 0 a 0. Había penales. Y llegó el momento del "cabezón" Franco Quiroga, alumno egresado del Polimodal de Ciencias Sociales, quien realizó todas sus divisiones inferiores en el CUC. Estuvo cerca en cuatro penales y en el quinto se la jugó a su palo izquierdo y selló la clasificación del CUC.Para el CUC marcaron: Lucas Needleman, José Cerda, Juan Manuel Quiroga y Leonardo Porcario.
Sin brillar pero con un carácter admirable, el Colegio Universitario Central ya está en semifinales.