Por tercer año consecutivo, el Colegio Universitario Central convocó a ex estudiantes para conmemorar el día Internacional Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
A continuación compartimos un texto elaborado por la estudiante de Comunicación Social Julia Bulos, que egresó en 2017 de nuestra institución. Una vez finalizada la lectura de la columna de opinión que sigue invitamos, además, a hacer clic aquí para acceder al texto elaborado por la licenciada en Ciencia Política María Eugenia González, egresada 20001, en relación a esta fecha.
Desnaturalizar esquemas de vida
Difícil de explicar lo que genera este movimiento. Fácil notar como nos transforma (desde adentro hacia afuera) a tantas y tantos de nosotros. Complicado querer cambiar si no es por iniciativa propia. Sencillo hacerlo cuando ves cómo muchos y muchas lo lograron solo con replantearse y pensar un par de cosas.
El 8 de Marzo se conmemora (porque de festejo no tiene nada) el día Internacional de la Mujer. Lo que la mayoría de la gente no sabe, y tal vez sea por esto que ponen de moda regalos, festejos y descuentos por este día, es que el 8 de marzo de 1908, un suceso transcendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el mundo entero.
Fue en la fábrica Cotton de Nueva York donde murieron aproximadamente 130 mujeres durante un incendio, luego de que se declararan en huelga con permanencia en el lugar de trabajo. El motivo de su reclamo fue por la búsqueda de una reducción de jornada laboral a 8 horas, un salario igual al de los hombres porque ejercían las mismas actividades, y la mejora de las malas condiciones de trabajo que padecían. El dueño de aquella fábrica ordenó cerrar las puertas del inmueble para que las mujeres desistieran de su idea, y abandonaran el lugar. Pero su intención fue más allá; no logró lo que quería y ocasionó la muerte de las obreras que se encontraban en el interior del lugar. Así, en 1977 la Asamblea General de la ONU, proclamó oficialmente el 8 de marzo el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.
Cómo notarán es mucho mas que un día para regalarnos flores y chocolates insignificantes. Es un día para replantearse esquemas de vida normalizados para poder desnaturalizarlos. Es un día para recordar cómo y por qué estamos donde estamos. Para acordarnos de cuánto nos costó llegar a este punto actual que tanto le falta seguir subiendo. Y saber que solo lo conseguimos peleando. Es un día para pensar, para entender y recordar. Para luchar, para gritar, para seguir. El feminismo salva, cambia y enseña.
Nos salva de vivir con el ridículo machismo que a tantas y de tan chicas se nos impone. Nos cambia porque nos hace pensar, nos hace querernos. Nos enseña a dejar de ver a nuestras compañeras como enemigas, a que las relaciones que tenemos sean sanas, a disfrutar del amor en sí.
Dejamos de compararnos y de competir entre nosotras para unirnos. Para demostrar que la sororidad puede más que muchas cosas. Ahora me comparo conmigo misma, para ver qué más se puede mejorar en mí.
Conocí el amor libre, donde todos y todas pueden amar como les nazca. Que el amor florece en los interiores de la gente sin importar la maceta en la que se encuentre. Aparece la empatía, que ahora me suena tan básica y tan simple como qué hay que ponerse en el lugar del otro un rato y después opinar. Y si, también gracias al feminismo.
Deje de mirar mi propio ombligo con la cabeza gacha, y levanté la cabeza y mire a mis costados donde ahora eran miles las que me acompañaban y apoyaban. Y ahí estuve para ellas. Conocí la consciencia social. Me abrió los ojos. Y así me permitió pensar y repensar esquemas naturalizados para romperlos. Vi a la deconstruccion como una forma de vida nueva.
Los límites impuestos por la sociedad desaparecieron. Todos y todas somos libres desde que nacemos hasta nuestro último aliento, y no debemos pedir permiso por expresar lo que somos, lo que queremos ser, o lo que creemos. Mucho menos para pelear por el derecho de hacerlo. Los estereotipos reventaron. El rol de la mujer en la sociedad está cambiando. Y eso asusta. Les asusta el cambio y les asusta la lucha. Les asusta que cada vez seamos más.
Estamos resurgiendo, mejores y con más fuerza de la que se imaginan que tenemos, peleando por los derechos de todas, y con más ganas que nunca de demostrar lo que somos capaces. El 8 de Marzo nos unimos una vez más, para luchar, hombro con hombro, todas y todos los que compartimos esta ideología, con tantos deseos de que se esparza cada vez más.
El feminismo es amor, igualdad. Es libertad, es transgredir. Es luchar, abrazadas, y más importante, juntas. Abajo el patriarcado y arriba la lucha que va a vencer! Sororidad como arma y unión de las pibas por sobre todas las cosas. #NosotrasParamos #8M
Julia Bulos, egresada del Colegio Universitario Central 2017. Estudiante de la licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Cuyo.