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Juan Sebastián Delgado y su violonchello

Juan Sebastián Delgado, es egresado promoción 2005 de la Modalidad de Comunicación, Artes y Diseño.  Por Mariana Leyes. Caminos, la revista de Mendoza. El currículum de Juan Sebastián impresiona tanto como juventud y candidez. Estudió a puro pulmón y talento con los mejores profesores y en las mejores escuelas de Mendoza, Europa y Estados Unidos: Néstor Longo, Manfredo Kraemer y Gabriel Garrido, Ingrid Sur y Jorg Heyer, con el legendario Trío di Trieste, con la pianista Maureen Jones y Enrico Bronzi, cellista del Trío di Parma. Estudió interpretación en música contemporánea con David Rusell y se graduó con honores en el Conservatorio de Boston en los EE UU bajo la guía de la cellista Rhonda Rider, en mayo del 2011. Además cursó administración musical, producción musical e improvisación en jazz en la prestigiosa Berklee College of Music, en Boston.

imagen Juan Sebastián Delgado y su violonchello
 

Actualmente realiza un Máster Diploma en la Universidad McGill, en Montreal, Canadá, con una beca parcial para estudiar con el reconocido cellista Matt Haimovitz, siendo Juan Sebastián, su primer estudiante sudamericano.

Su familia reside en Chacras de Coria donde él regresa de vuelta de los mundos musicales que visita y de las giras que emprende con su compañero al hombro.

 

- ¿De dónde sos y cómo comenzó tu carrera?

- Nací y viví hasta los 17 en la calle Alem de Ciudad, hice mi secundaría en el CUC. Acá tengo mi familia y mis amigos. Estudié teatro desde los 7 años con el Flaco Suárez durante años, era mi proyecto más serio. Con el cello empecé a los 9, tomé clases particulares, pasó por la escuela de música dos años y luego estudié con Néstor Longo (Primer cello de la Sinfónica de la UNCuyo). Después gané la beca para irme al Colegio del Mundo Unido del Adriático en Italia.

- ¿Dónde y cómo sentís la música?

- Un instrumento se desarrolla constantemente en su aspecto técnico, pero paralelamente y de hecho en un plano más importante, se insiste en generar la capacidad imaginativa, buscar el sonido exacto y más único, que te conecte interiormente con la pieza aunque sus problemáticas técnicas hayan sido resueltas.

- ¿Qué siente el músico cuando está tocando?

-Eso lo estoy aprendiendo. Es difícil poder equilibrar lo emotivo y lo racional. La magia se produce cuando después de internalizar la pieza y estudiarla, podes disfrutarla y liberarte. Mientras más tocas una pieza, más te familiarizas y te conectas al compositor, se establece una relación de amistad.

- ¿Qué has podido experimentar con el sonido del cello, por qué lo elegiste?

- El cello tiene particularidades que ningún otro instrumento tiene. Para ejecutarlo, el músico y el cello entran en contacto físico pleno con todo el cuerpo. Con el puntal, con el pecho y con las piernas, con los brazos y manos. La vibración, del sonido recorre todo tu cuerpo. Es muy orgánico. Además, tiene el registro de la voz humana, te habla. Tiene también la calidez de los instrumentos de cuerdas, por la madera, por lo redondo del sonido.

- ¿Cuál es el resumen de tu aprendizaje de la música clásica occidental?

- Como argentinos tenemos una cultura occidental y europea sobre todo en la música clásica. Estudiar en Italia, cuna de la música y el arte ha sido muy enriquecedor. También en EE UU, aunque más nuevos, bebí de buenos maestros, con facilidades de financiamiento para la cultura; pero bueno yo soy de acá, de Mendoza y siempre he dicho que puede acceder a becas y demás por lo que recibí en mi país, por mis maestros y profesores de aquí, en lo académico y en la calidad humana que me transmitieron, a pesar de haber estudiado en la década de los 90.

- ¿Qué representa el Norte musical? ¿Cómo se traduce en la música la hegemonía del poder central y mundial? ¿La música clásica es un bastión de élite?

- He comprobado tanto en Europa, en EE UU y aquí que el arte es lo mismo. Aquí las clases de música eran las de menor importancia en la primaria y secundaria. En Italia está pasando ahora lo mismo con la política de Berlusconi y en toda Europa con la crisis. En EE UU pasa lo mismo de la óptica Republicana. Le quitan financiamiento a las artes para ponerlo en seguridad, estos conceptos son erróneos. La música clásica no se populariza aunque hay experiencias positivas en el intento. Al final del día también es verdad que las personas que escuchan un concierto lo disfrutan, sean de cualquier clase social y en cualquier contexto, porque la música es música. Ahora, venimos de trabajar en las fabellas de Brasil con niños y adolescentes que nunca habían tenido acercamiento a la música clásica.

- ¿Cuál es tu experiencia en el mundo de la música clásica y en el mundo de la música popular?

- A veces me preguntan si hago música clásica porque toco el cello, entonces digo que el cello es un instrumento, se ha aplicado a todos los géneros musicales aunque su repertorio estándar sea clásico o académico. Por ejemplo: Apocalíptica es una banda de cuatro cellista finlandeses que hacen heavy metal y son fantásticos, en Argentina muchos artistas populares y bandas de rock trabajan con cuartetos de cuerdas.

Es cierto que hay una estructura tradicional en los ámbitos de música clásica, aunque yo no esté muy de acuerdo con eso. Luego esos músicos de traje, se cambian la ropa y tocan en un bar sonatas de Bach o piezas de jazz o rock.

-¿Has tenido algún tipo de apoyo estatal en alguna época para profundizar tus estudios dados tus méritos y posibilidad de representarnos en el mundo?

- Hasta la fecha no, recientemente apliqué a una beca del Fondo Nacional de las Artes para capacitación en el exterior, es una beca mínima, como para un pasaje de ida, y estoy esperando. Pienso en solicitar una beca de la Subsecretaría de Cultura. Pero no he logrado mayor apoyo.

- ¿Y a nivel empresario?

- No, nunca. A veces te pone un poco mal la falta de estímulo hacia una actividad que tal vez no mueve dinero. Siempre he audicionado para obtener becas y proseguir mis ‑estudios.

- ¿Has tenido algún tipo de acercamiento a música de pueblos originarios o del mundo oriental con tu instrumento?

- Si, bien lo hecho desde mi aprendizaje académico. Hay corrientes musicales que se basan en el concepto armónico de occidente, ya que tanto lo clásico, el pop, el rock y la música popular siguen el mismo patrón. La música del mundo árabe, la música indú o la música japonesa entre otras, transitan tonalidades intermedias que mantienen otras frecuencias. También pasa con el jazz, el blues y el tango y sus orígenes africanos, y las condiciones sociales como tema.

- ¿Qué música te gusta escuchar y cuál integra tu repertorio?

- Trato de escuchar todo lo que puedo. Me gusta Yo Yo Ma, que toca tanto en grandes salones como con una aldea en África, y luego integra esas experiencias, ahora sacó un disco de tango. Me gustan los arreglos para cello de José Bragatto. Escucho jazz y rock; hay una banda “Beirut” que hace una fusión interesante, también escucho y toco tango (Rovira, Piazzola, Bajofondo), blues de los 40 o una sinfonía de Beethoven.

Toco un pianista albanés, mi gran amigo Redi Llupa con quién recorrimos Europa. Con él y el bandoneonista Juan Pablo Jofré nos fuimos de gira a Japón con obras para cello y piano de Beethoven, Brahms, Shostakovich, Prokofiev (Las cuatro estaciones y Le grand Tangó (piezza para cello y piano) de Piazzola. También hacemos piezas folklóricas albanesas, tan desconocidas como bellas.

-Comienzas tus estudios con Matt Haimovitz, un iluminado del violoncello, en la Universidad McGill, Montreal, Canadá ¿Qué expectativas llevas?

- Es un gran cellista no muy convencional, trabaja ahora con música contemporánea, incursiona en el jazz con arreglos. El hombre comenzó a tocar en clubes de jazz y abandonó los ámbitos tradicionales clásicos donde era figura de las orquestas más prestigiosas del mundo. Tengo mucho que aprender allí.

- ¿Cuáles son tus sueños a nivel profesional?

- Me gustaría poder integrar la música y el cine, ya que me interesa el teatro y el cine tanto como la música.

- ¿Cómo te impacta el mundo? ¿Te encerrás en tus partituras o te conectas con el acontecer del mundo?

- Es interesante porque la idea de hacer la música es para la gente, entonces no hay burbujas si lo que quiero es comunicar. Si bien la música es una forma de comunicación indirecta, yo hago música instrumental, el hecho de tocar para la gente con mi instrumento, es un compromiso. Con las cosas que pasan en el mundo cualquiera diría que trabajar obstinadamente en el pasaje técnico de una pieza es una locura, pero la música equilibra ese caos incomprensible. La música es poderosa, uno crea un estado anímico y espiritual en la audiencia. Está bueno crear belleza.

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