Desde 2013, la Universidad Nacional de Cuyo entrega - por la ordenanza 53/2013- el premio Maria Elisa Norton Farmache creado por el Consejo Superior para reconocer méritos excepcionales de jóvenes en pro de la obtención de su título como consecuencia de situaciones excepcionales de adversidad -sean de índole social, económica o de salud- y manifiesten una trayectoria académica destacable.
Maria Elisa, egresada en 2000 y que falleció en 2011 tras una larga enfermedad, fue la primera en recibirlo de manera póstuma. Al día de la fecha unos 80 estudiantes, pertenecientes a todas las unidades académicas de la UNCuyo han sido galardonados con este reconocimiento.
Su paso por el CUC
La mamá de María Elisa, Maria Teresa "Tesi" Farmache, contó que el comienzo en el Colegio Universitario Central fue muy lindo, sobre todo porque logró integrarse rápidamente a la vida institucional.
"Hizo amigas muy rápido y le duraron toda la vida. Me acuerdo de Nuri Jait, Florencia Szigeti, Josefina Martinelli, Constanza Olivieri, Ana Ibarrar, María Pía Berra y Elinana Chocrón entre otras, a las que quiso mucho", comentó Tesi quien recordó que en el cumpleaños 15 años de su hija las amigas le prepararon una sorpresa. "Como era fanática de Calamaro prepararon un tema de él. Fue muy gracioso, nos divertimos mucho", recordó.
Tesi también rememoró que Maria Elisa siempre tuvo siempre y muy claro sus objetivos estudiantiles. "Siempre supo que iba a estudiar medicina. Cuando llegó a quinto eligió el bachillerato en Ciencias para que le sirviera para la facultad, mientras hacía el pre", contó la emocionada mamá agregando que una de las docentes más nombradas en su casa fue la profesora Patricia Manzur.
La llegada a la Facultad de Ciencias Médicas no fue un obstáculo para Maria Elisa, quien logrò entrar como si diera "pasos de danza", según las palabras de su madre. "Tenía mucha actitud para el estudio y siempre lo hizo con cariño y amor", contó.
Respecto del premio que la Universidad Nacional de Cuyo otorga con el nombre de su hija, Tesi dijo que es muy satisfactorio que exista este reconocimiento. "Es un orgullo, lo vemos con mucho honor y para mi es maravilloso ver el nombre de mi hija en este premio. Se que no deja de ser un reconocimiento póstumo. Aunque nació de una injusticia, cada entrega, cada año, me renueva", finalizó Tesi.
La palabra de sus compañeros
Con el objetivo de ampliar el homenaje a nuestra egresada, el Colegio convocó a sus compañeros para que, en palabras de ellos, el recuerdo de Elisa se mantenga presente. Nuri Jait, Josefina Martinelli y Eliana Chocrón fueron quienes gentilmente contribuyeron a mantener vivo el recuerdo de su amiga.
En primer lugar, Nuri Jait -desde Barcelona- fue quien la recordó de la siguiente manera:
Hablar de recuerdos de la Eli es una redundancia . La Eli está, la Eli es.
La Eli está; está en Thelma & Louise, está en Andrés, todito. La Eli está en la camioneta, en el Patio del colegio, está adelante mío en el bautismo, estamos fumando en el baño del primer piso y después salimos corriendo, está sentada conmigo, estamos sentadas separadas, estamos sentadas juntas otra vez, estamos volviendo de Omero, estudiando medicina con apuntes en carteles pegados en toda la habitación, estamos en el torneo de fútbol, estamos.
La Eli es una queridísima amiga, una compañera, no sólo del CUC o de mi adolescencia, una compañera de la vida; una persona de las que se agradecen, uno de esos seres que hacen que el Mundo esté mejor.
La Eli se ríe cuando invento una historia que explique por qué entramos tarde, se ríe cuando le quiero copiar y no le entiendo la letra. La Eli también llora, a veces llora; recordamos al Tomi, algunas injusticias, es chica dura, pero a veces llora.
La Eli acompaña, antes de acostarse, comentando la última anécdota; tomando sol, acompaña con el mate, acompaña a la Tesi, al Carlos, a tooodos sus gatos y perros, a todo el que tuvo la suerte de conocerla, la Eli acompaña cuando ya no queda nadie más, cuando no hay nada más. La Eli está.
Por eso…
Hablar de recuerdos de la Eli es una redundancia.
Luego fue el turno de Eliana Chocrón:
No sé por dónde empezar, me emociona escribir y dar testimonio sobre mi amistad con la Eli en el CUC, pero no deja de ser una tarea difícil. Desde que la Tesi, mamá de mi amiga, me aviso de esta idea me puse a recorrer esas épocas en mi memoria, épocas inolvidables, intensas y llenas de nuevas emociones.
No sé cuando empezamos a hablar con la Eli, no recuerdo ese primer día, pero a partir de ahí empezamos a estar todo el día juntas. Compartimos ese orgullo de pertenecer al CUC y esas ganas de aprovechar todo lo que el colegio nos brindaba…no sólo un lugar donde estudiar sino también donde estar con otros, conocer amigos, revelar fotos, hacer cerámica, cantar en el coro, empezar a formar nuestro lugar en la sociedad y nuestra vocación.
Si bien íbamos a la mañana, solíamos quedarnos a la tarde…nos divertía y gustaba estar ahí. Si tengo que describir a mi amiga puedo decir que siempre se caracterizó por su fortaleza, pasión y picardía, muy querida por muchos, dispuesta a escuchar y aconsejar a quien lo necesitara, también a decir la verdad y sostener su postura aunque eso la enfrentará con alguien. Auténtica, divertida, arriesgada, hermosa por fuera y por dentro, un poco cabeza dura también.
El CUC siempre fue su lugar, allí descubrió su amor y pasión por las ciencias, la medicina. Voy a estar eternamente agradecida al CUC por las amistades que me dio, por habernos juntado y haberme permitido conocer a una persona tan especial como la Eli. Agradezco la posibilidad de participar de este homenaje.
Por último su amiga Josefina Martinelli también le dedicó unos párrafos
Pensar en la Eli me llena de recuerdos lindos, fuertes, vitales. Pensar en ella es revivir el paso por el CUC y la pasión por la medicina.
Tuve la suerte y el privilegio de ir al CUC, lugar donde conocí a personas increíbles que han sido fundamentales en mi vida. Éramos un grupo de seis amigas inseparables, con las que compartíamos momentos y situaciones bien típicas de la edad, que recuerdo con mucha satisfacción y con un poco de melancolía. Entre estas personas especiales, está nuestra querida Eli.
Durante el último año del colegio (nosotros fuimos la última promoción con sexto) uno elegía la orientación que quería, científica o humanista. Eli y yo estábamos muy entusiasmadas e ilusionadas con ser médicas y aspirábamos a estudiar en la Universidad de Cuyo. Hacía falta rendir un examen para el que la mayoría se preparaba en un prestigioso pre-ingreso.
Nosotras, aprovechando que durante este último año teníamos grandes profesores como Beltrán en química y Calderón en física, con una mezcla de inconciencia y seguridad decidimos prescindir de este famoso pre-ingreso y apostamos al que se dictaba en el Magisterio.
¡Fue un año muy intenso, creo que nuestras amigas ya no nos soportaban! Nuestros temas de conversación, con escasas excepciones, terminaban relacionados con medicina… Pasamos las tardes de ese verano del 2001 entre libros, apuntes, licuados, pileta, risas, nervios, perros y gatos, muchos gatos!
Después de todo este gran esfuerzo las dos entramos a la carrera…eran tiempos en donde uno se creía invencible, donde uno pensaba que podía comerse el mundo… Estar con ella hacía que uno se sintiera muy vivo, con colores intensos, emociones fuertes y muchas pero muchas ganas de disfrutar de las cosas. Así era estar con ella.
Así vive en nosotros.