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Ciencias sociales, sentido crítico y acción política: una contribución del CUC a las reivindicaciones por los derechos de las mujeres

En conmemoración por el día de la mujer, la egresada María Eugenia González (2001), participó brindando su opinión al respecto. "El colegio brinda la posibilidad a los alumnos de construir una posición activa, no sólo en relación a la experiencia de aprendizaje, sino en lo referido a su participación social", dijo.

08 de marzo de 2018, 08:00.

imagen Ciencias sociales, sentido crítico y acción política: una contribución del CUC a las reivindicaciones por los derechos de las mujeres

Por tercer año consecutivo, el Colegio Universitario Central convocó a ex estudiantes para conmemorar el día Internacional Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

A continuación compartimos un texto elaborado por la licenciada en Ciencia Política y Administración Pública María Eugenia González, que egresó en 2001 de nuestra institución. Una vez finalizada la lectura de la columna de opinión que sigue invitamos, además, a hacer clic aquí para acceder al texto elaborado por Julia Bulos, egresada 2016, en relación a esta fecha. 

Ciencias sociales, sentido crítico y acción política: una contribución del CUC a las reivindicaciones por los derechos de las mujeres

Este 8 de marzo en Argentina, no se vive una conmemoración más del “Día de la Mujer”. Va quedando atrás esa escena estereotipada, en la que los jefes (usualmente hombres) “celebraban” esta jornada, entregando a sus secretarias (usualmente mujeres) bombones, flores, o productos “de belleza”. Los tiempos han cambiado y continúan cambiando a un ritmo acelerado. Ya es posible escuchar con más frecuencia en las calles mendocinas (y no meramente en las organizaciones sociales o en el ámbito académico) que en el Día de la Mujer “no hay nada que festejar”.

Cada vez más el 8 de marzo es visto como una jornada para promover la toma de conciencia acerca de las distintas problemáticas sociales que nos afectan como mujeres.[1]

Actualmente, en sintonía con transformaciones que se producen en el plano internacional, nuestro país atraviesa un momento clave en las luchas por el reconocimiento de derechos que nos han sido históricamente cercenados. Hoy se cristalizan procesos sociales que vienen produciéndose hace décadas. Sus protagonistas -diversos colectivos y organizaciones sociales, representantes políticos, ciudadanos y ciudadanas-, se expresan en pos de la efectiva igualdad de género en distintos ámbitos de la sociedad.[2]

Dichas reivindicaciones, han conseguido en los últimos meses en Argentina una alta visibilidad en los medios masivos de comunicación. Además, y lo que es más importante en términos de transformación social, estos discursos han conseguido aceptación y legitimación entre distintos sectores de la población.

Estos reclamos han surgido desde la sociedad civil y también han alcanzado los núcleos más importantes de toma de decisiones de la esfera estatal. La relevancia de este último punto, reside en que las políticas que se formulen en los distintos organismos gubernamentales, son las que alcanzarán (y beneficiarán) a la mayor parte de la población. Si bien ha sido y es imprescindible el rol de diferentes actores sociales en la formulación de estas demandas, sólo la llegada de estos temas a la agenda de dirigentes políticos conllevará resultados concretos con impacto para la sociedad en general.

Ahora bien, quizás a los lectores adolescentes de este texto -más concretamente los actuales alumnos del Colegio Universitario Central (CUC)- algunas aclaraciones aquí formuladas les parezcan un tanto “obvias”.  A partir del ejemplo planteado en el primer párrafo, muchos jóvenes nacidos al calor de este último siglo, podrán plantear con cierta naturalidad: “ya existen muchísimas mujeres que son jefas y ocupan puestos de poder en empresas y organizaciones”; “regalar productos de belleza implica imponer estándares culturales que las mujeres no deben aceptar”; “se pretende agasajar a la mujer un día al año, cuando se la oprime todos los restantes”, etc.

Empero, para aquellos de mayor edad -como la autora de este texto- esos cuestionamientos al mencionado ejemplo y a otros datos de la realidad, no han resultado para nada “obvios”. Somos conscientes que este tipo de situaciones se están modificando, pero también sabemos que esos cambios han significado el fruto de luchas de larga data.

En esos procesos de conquistas en torno a la igualdad de género, ha resultado fundamental desnaturalizar el sentido común. Se tornó urgente quitar el velo a situaciones que se venían presentando como “normales”, simplemente porque “siempre fueron así”. En esta tarea, han resultado fundamentales los aportes de investigaciones y teorizaciones, elaboradas desde las Ciencias Sociales en general y desde los estudios de género en particular.

Y es en este punto dónde me voy a detener. Quisiera mostrar a la comunidad del CUC la relevancia de la enseñanza allí impartida. La calidad de la formación que ofrece la institución, no sólo reside en la amplia gama de contenidos curriculares que allí se difunden. El principal aporte que recuerdo del colegio, es que, sus docentes –y en mi caso particular, aquellos con los que me formé inicialmente en Ciencias Sociales- nos enseñaron a pensar, a interrogarnos, a cuestionar la realidad, esa que se nos aparecía como un objeto “dado”, de una vez y para siempre, y que por tanto se mostraba como imposible de ser modificada.

El CUC promueve el sentido crítico, allí tienen lugar nuevas formas de enseñar y de evaluar, que interpelan a los estudiantes de formas novedosas. El colegio brinda la posibilidad a los alumnos de construir una posición activa, no sólo en relación a la experiencia de aprendizaje, sino en lo referido a su participación social. Con esto último me refiero al importante fomento que se realiza a la organización colectiva de los jóvenes, por medio de Tribus, su centro de estudiantes.

Los adolescentes se posicionan como protagonistas de cambios políticos al desempeñarse inicialmente como candidatos en las listas que disputan la dirección del centro de estudiantes y posteriormente en los cargos de gestión en diversas áreas. Esta experiencia les permite palpar los resultados concretos que generan las acciones en conjunto. Bajo esta impronta, el CUC colabora entonces con la formación de esos jóvenes que serán los encargados de generar acciones en torno a las luchas por los derechos de las mujeres, como también en lo referido a otras reivindicaciones que tienen lugar en la sociedad.

Hace poco y viviendo lejos de Mendoza, leí en el titular de una nota del principal diario de esa ciudad: “Mujeres conducirán las Tribus del CUC”.[3] La noticia me llenó de nostalgia (no sólo sentí la distancia que me separaba con el colegio en kilómetros, sino también en años), me colmó de felicidad y me enorgulleció doblemente. Por un lado, las mujeres estábamos desempeñando roles sociales hasta ahora reservados principalmente a los varones. Por otro lado, el CUC se convertía en sede y ejemplo de esas transformaciones en la ciudad de Mendoza. Destaco así, los valiosos aportes que realiza el Colegio en torno a la construcción de un sentido crítico y a la promoción de la acción política, que en consecuencia impactan sobre las luchas por las reivindicaciones de nuestros derechos como mujeres.

Quiero finalizar, subrayando entonces la necesidad de continuar trabajando, desde el Colegio y desde otros ámbitos de la sociedad, por la desnaturalización de las presiones culturales que operan sobre nosotras, en torno a los roles que supuestamente debemos cumplir en cualquier sociedad. En las luchas por modificar esas imposiciones, se juega nada más ni nada menos, que el reconocimiento a nuestra libertad. Históricamente se nos ha reservado a las mujeres posiciones sociales que han resultado a todas luces injustas. Con las ciencias sociales, el sentido crítico y la acción política como herramientas, podemos cuestionar y transformar esos lugares que nos han sido tradicionalmente asignados.

No resulta una obviedad sostener que las mujeres podemos decidir los rumbos de nuestras vidas de acuerdo a nuestros deseos y preferencias. Es necesario afirmar estas proclamas y continuar promoviendo estas consignas. Ya no vamos a sostener más lugares que nos han sido asignados injustamente. Ya no queremos ser más, aquellas que estábamos obligadas a ser.

 

María Eugenia González egresó del CUC en el año 2001. Es Licenciada en Ciencia Política y Administración Pública (UNCuyo), Magíster en Psicoanálisis (Universidad del Aconcagua) y es Becaria Postdoctoral en Psicología en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Es autora de la Tesis Doctoral en Psicología: “El Psicoanálisis en la Universidad argentina: un estudio del currículum en Psicología (2000-2012)” (UNCórdoba).

 

[1] Para profundizar sobre el sentido que reviste la conmemoración del “Día de la Mujer”, remito al lector a la nota publicada por la Dra. Valeria Hasan. Ver: http://cuc.uncuyo.edu.ar/sirve-para-hacer-un-balance-de-los-derechos-conquistados-y-de-lo-que-nos-resta.

[2] Estas demandas sociales son formuladas por agentes del movimiento denominado “feminista”, de acuerdo a lo teorizado por investigadores que abordan la temática. La visibilidad adquirida recientemente de estas demandas, ha contribuido asimismo a aclarar confusiones en relación a tal concepto.

[3] Ver: http://www.losandes.com.ar/article/mujeres-conduciran-las-tribus-del-cuc. Si bien aquí destaco este hecho a modo ilustrativo, en años anteriores en diversas oportunidades el CUC ya contó con caciques mujeres.

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