La lluvia no pudo con el espíritu de las Tribus del CUC. El día se presentó gris, nublado y con mucha agua, pero el color estuvo en los patios, en el salón de actos y en la energía que se puso desde la organización para que el resultado fuera el esperado.
De esta manera, los chicos y chicas de primer año del colegio quedaron formalmente incorporados a las Tribus del colegio y serán los encargados, en el futuro, de llevar adelante esta tradición que empezó en los años 70 y que se resiste a perderse en el tiempo.
El rito sagrado
El acto de bautismo comenzó en el salón de actos cuando jefas de consejo, hechiceras y caciques hicieron acto de presencia ante una multitud de padres -ojos emocionados, celulares en alto- que observaban rito sagrado en el que participan todos los ingresantes al colegio desde hace más de cuatro décadas.
Previo a eso pudieron verse fotos de otras generaciones de estudiantes de primero que pasaron la prueba de la semana del sacrificio y que "sufrieron" el bautismo a manos de sus padrinos de quinto año. Fue una parte importante de la presentación el video que mostraron los organizadores con la palabra de quienes alguna vez vivieron esta experiencia.
Luego, el acto puso en relieve el valor de la unión, del compañerismo, de la importancia de considerar al otro como un hermano. De la fuerza de las mujeres, del sentido de amistad, de los actos de amor.
A continuación los estudiantes fueron bautizados oficialmente pasando por un recorrido que los embadurnó de mezcla especialmente preparada para esta oportunidad.
Fue una jornada impecable, que no se vio empañada por la contingencia climática sino que fue un ingrediente más para que la celebración tuviera un cierre cálido. El grito euforico y emocionado de los alumnos del CUC resonó fuerte en los pasillos de la escuela, como lo recuerdan las raíces que componen las tradiciones del Universitario Central.